Gentilicio de

Villarrasa
Cosas de mi pueblo

domingo, 23 de enero de 2011

Investigación del vertedero de Villarrasa.

La investigación del vertedero por delito ambiental se eterniza y llega ya a 9 años

El informe sobre los daños en la salud y el medio ambiente, encargado el pasado año a una empresa y solicitado por primera vez en 2006, aún no ha llegado · Los tres imputados, pendientes del juicio.

Una máquina trabajando con los residuos tras las reformas llevadas a cabo en la planta.

Cinco años de espera de un informe que no acaba de llegar sobre los efectos que el vertedero de Villarrasa provoca en la salud de la población próxima y en el entorno de las instalaciones han eternizado la investigación judicial sobre el funcionamiento de la Planta de Tratamiento de Residuos.
En este 2011, la instrucción que se sigue en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de La Palma del Condado alcanza ya la friolera de nueve años, con tres personas en el ojo del huracán, imputadas y pendientes de un juicio que esclarezca su situación procesal.
En otro frente, hay voces que llaman la atención sobre los cambios y mejoras que se han introducido en el vertedero en los últimos años, modificaciones que pueden cambiar -advierten- las conclusiones de un informe que, de haberse llevado a cabo cuando se denunciaron las presuntas irregularidades (incluidos los enterramientos masivos de basura sin tratar y las filtraciones al cauce público), hubieran sido muy diferentes desde el punto de vista de daños a la salud humana y al medio ambiente. El informe llega tarde, afirman.
Las primeras denuncias por presuntas irregularidades en el funcionamiento del vertedero llegaron en 2002 y cuatro años después, la autoridad judicial daba prácticamente por cerrada la investigación. Entonces (abril de 2006), la Fiscalía solicitaba una nueva diligencia: un estudio sobre los daños que las supuestas irregularidades habrían provocado hasta ese momento antes de proceder a la calificación final de los hechos y a concretar su petición de condenas para los imputados.
Tras la petición de este análisis por el Ministerio Fiscal llegó el bloqueo en la causa, por disparidad de criterios entre la acusación pública y la entonces delegación Provincial de Justicia respecto a la autoría del informe. El primero -el fiscal- proponía que el estudio se encargara a un perito independiente. En el otro frente, la Junta finalmente se pronunció para dejar claro que las partes -ya sean los jueces o el fiscal- no designan a los peritos.
En este tira y afloja transcurrieron varios años, hasta el punto de que en febrero de 2010, se conocía que el instructor le ponía fin a una historia que parecía interminable y decretaba el archivo de la causa (lo hizo en el verano de 2009 aunque la notificación a la Fiscalía llegó seis meses después).
La acusación pública recurría el archivo y daba cancha las propuestas de la Administración de Justicia, al considerar que dicho informe es "imprescindible" para continuar o dar carpetazo definitivo al proceso.
La Junta ya había señalado dos caminos para entonces: recurrir a técnicos de la misma Administración que conozcan de la materia y, sólo en caso de que no existan estos funcionarios, se acude a la empresa con la que la Junta mantiene un acuerdo para realizar los peritajes en materia de Justicia (Tinsa).
Así se hizo. El juzgado admitió el recurso y encargó el análisis de los daños del vertedero, que se esperaba antes de cerrar 2010 y a fecha de hoy no ha llegado.
En la causa hay tres personas imputadas. De un lado, el entonces jefe de Medio Ambiente de la Diputación de Huelva -titular de la planta de tratamiento-, D.B.H., y por parte de la empresa concesionaria del servicio hasta el verano de 2005, Reciclados del Tinto y del Odiel (Retinod), el director de la firma en Huelva, M.V.M., así como el jefe de servicio del vertedero, cuya identidad responde a las iniciales J.J.V.F.
Tanto la persona que asumió la responsabilidad por parte del organismo provincial, el jefe del departamento de Medio Ambiente, como los representantes de Retinod han reconocido que en diversas ocasiones en estos años de la investigación judicial en incluso posteriormente se produjeron vertidos a arroyos cercanos a las instalaciones, aunque la planta carecía de autorización para verter ya que ni siquiera esta posibilidad estaba planteada en el estudio que se realizó antes de que el vertedero comenzara a funcionar.
En su declaración ante el instructor, el funcionario admitió que, según constaba en los informes técnicos, hubo vertidos de lixiviados al cauce público y manifestó que, a su juicio, hubo incluso falta de previsión en la configuración de las instalaciones de la Planta de Tratamiento de Residuos de Villarrasa, diseñada por la Empresa Pública de Gestión Medioambiental (Egmasa), dependiente de la Consejería de Medio Ambiente.

De H-I.

jueves, 13 de enero de 2011

No siempre el trabajo y dinero rápido antes que la preparación, fue la solución.

Fresa y heroína
OPINIÓN / Sin querer sucumbir al pesimismo, cabe preguntarse qué vendrá después de los ciclos de la fresa y la heroína, del cemento y la cocaína

Saliendo de la provincia de Sevilla en dirección a Huelva por la autovía A-49 atravesamos la campiña del Condado, tierra llana de vides, dehesas y pueblos blancos bañados de sol. La comarca se extiende hacia el Atlántico transformando sustancialmente su paisaje conforme se acerca a la playa y al parque natural de Doñana. Ya en el Coto contemplamos un paraje mágico que parece detenido en el tercer día de la creación, poco antes de que se separaran las aguas de las tierras. En las marismas de Doñana los caballos y las vacas permanecen de pie, flotando, sobre una lámina de agua. Allí no hay hobbies, ni elfos, pero algunos de sus leñosos agricultores y algunos de sus cazadores furtivos evocan personajes legendarios. Personajes que podrían, si les preguntáramos, contarnos historias tan fascinantes como la del señor de los anillos o el santo grial. Podrían, pero a ellos ya nadie les pregunta.

En el Condado hay ocho asociaciones relacionadas con el alcoholismo y las drogodependencias, dos centros de día, un centro comarcal de tratamiento y una Comunidad Terapéutica

A unos porque están llamados a convertirse en "los cuidadores del paisaje", como los denominó Jacques Delors, y a los otros porque están condenados a extinguirse.

La comarca es conocida por sus playas y sus vinos, más modernamente por sus bodegas transformadas en restaurantes donde se sirven gambas y jamón con denominación de origen; por el cultivo temprano de la fresa que se exporta a mercados europeos y, un poco, también, por el consumo de drogas así como por los esfuerzos locales por hacerles frente.

En el Condado hay ocho asociaciones relacionadas con el alcoholismo y las drogodependencias, dos centros de día, un centro comarcal de tratamiento y una Comunidad Terapéutica.

Las empresas de la zona y los ayuntamientos contratan habitualmente a drogodependientes rehabilitados a través de los programas de reinserción. Casi cada uno de los catorce municipios que componen la comarca tiene un modesto programa de prevención. En 1990 se concedieron los premios Reina Sofía "de prevención" y "a la labor social" al plan municipal de drogodependencias de Bollullos par del Condado y en 2008, Rociana formó parte, como experiencia piloto, del plan de prevención provincial galardonado con el mismo premio de ese año.

En un momento histórico de total globalización como el que nos ha tocado vivir, quizá podamos comprender algo sobre la historia reciente de las drogodependencias de nuestro país prestando atención a lo ocurrido en los últimos 30 años en esta comarca de 70.000 habitantes. Tres décadas atrás, los invernaderos transformaron el paisaje y la economía de la zona. El cultivo intensivo ofreció trabajo a muchos, pero sobre todo a jóvenes y a mujeres madres de familia. Todavía no había comenzado la ola migratoria. Aumentaron los ingresos familiares y la prosperidad económica general de los pueblos de la comarca. Pero el acelerado desarrollo económico también tuvo algunos efectos secundarios. Muchos jóvenes abandonaron los estudios para dedicarse a las tareas que requería el nuevo sector, principalmente la recogida de la fruta. Si además lograban computar las peonadas suficientes y pagaban 'los sellos', tenían derecho a percibir el subsidio agrario el resto del año.

Quizá podamos comprender algo sobre la historia reciente de las drogodependencias de nuestro país prestando atención a lo ocurrido en los últimos 30 años en esta comarca de 70.000 habitantes

La combinación de jóvenes con cierto poder adquisitivo –no porque los salarios fuesen altos, sino porque todo el dinero del que disponían era para gastarlo– con largos periodos de inactividad, con estudios escasos y una mentalidad crecientemente consumista, crearon un mercado potencial que los traficantes de drogas supieron aprovechar. En aquel momento, la droga por excelencia era la heroína y provocó una auténtica epidemia en el Condado.

Años más tarde, con el boom del ladrillo, ocurrió algo muy parecido. Muchos jóvenes ingresaron entusiasmados en el ramo de la construcción. Cambiaron la posibilidad de una formación más sólida por la de ser peón de albañil ganando buenos sueldos. Como la vez anterior, un nutrido grupo de jóvenes a medio escolarizar dispuso de dinero líquido para gastar.

Fue la época de los deportivos y los BMW, y también, cómo no, de las drogas: mucho alcohol, mucho tabaco, pastillas, pero sobre todo, cocaína. Una droga que se adaptaba muy bien a ese ritmo de vida: trabajar durante muchas horas en la construcción y aguantar de marcha por las noches.

Cuando explotó la burbuja inmobiliaria, la mayoría de ellos se quedó sin trabajo y algunos con el lastre de la dependencia de una sustancia que ya no se podían costear. Esos jóvenes, dependientes de la cocaína y que en su mayoría abusa también del alcohol, son los que hoy solicitan tratamiento en el centro comarcal como ayer lo hicieron los heroinómanos.

Sin querer sucumbir al pesimismo, cabe preguntarse qué vendrá después de los ciclos de la fresa y la heroína, del cemento y la cocaína.

La combinación de jóvenes con cierto poder adquisitivo con largos periodos de inactividad, con estudios escasos y mentalidad consumista, crearon mercado para los traficantes

Desde luego, si la siguiente ola económica nos sorprende con las tasas actuales de fracaso escolar de la comarca, lo más probable es que repitamos el modelo, aunque ahora sean otros los estímulos económicos y otras las drogas.

Afortunadamente, hoy se puede afirmar que la oferta de educación alcanza a todos, sólo falta que todos crean en el valor de la educación y en la necesidad de invertir en formación a medio y largo plazo como condición necesaria para un futuro empleo de calidad y como único medio de alcanzar la plena ciudadanía en la sociedad del S. XXI.

¿Queremos hacer prevención efectiva? Acabemos con el fracaso escolar, mejoremos el sistema educativo, particularmente la formación profesional, invirtamos nuestros recursos (familiares y sociales) en educación, hagamos de ello la prioridad de nuestra comunidad.

De Alfonso Ramírez de Arellano.